Murcia, 27 de junio de 2025.
La implantación de plantas solares fotovoltaicas en la Región de Murcia está generando una creciente preocupación entre agricultores y organizaciones medioambientales por la falta de una planificación adecuada que respete el valor agrícola y ambiental de la zona. El movimiento ciudadano SOS Rural ha denunciado que numerosos proyectos de energía fotovoltaica se están desarrollando sin una evaluación integral del potencial espacial ni una estrategia efectiva de ordenación territorial. Según la plataforma, esta situación provoca la ocupación indiscriminada de terrenos altamente fértiles y de gran importancia económica y cultural, afectando especialmente a los agricultores murcianos, conocidos tradicionalmente como la “huerta de Europa”.
Daniel Ruiz, portavoz regional de SOS Rural en esa comunidad autónoma, ha señalado que los agricultores se enfrentan a presiones económicas que les llevan a ceder sus tierras bajo condiciones desfavorables, comprometiendo su futuro económico y la sostenibilidad de los terrenos. Las grandes compañías, según Ruiz, aprovechan la situación crítica en la que el sector agrícola ha sido colocado por las políticas locales.
En un reciente estudio realizado por la Universidad de Murcia sobre cambios en el uso del suelo, se advierte que más de 165.000 hectáreas han dejado de cultivarse entre 2014 y 2023. Se prevé, además, que esta tendencia aumente notablemente para cumplir con los objetivos de la Unión Europea en 2030, lo que podría llegar a transformar más de 30.000 hectáreas de suelo agrícola en suelo industrial fotovoltaico.
Daños irreparables
Desde SOS Rural, Natalia Corbalán, portavoz nacional, sostiene que la implantación de la energía solar debe realizarse bajo criterios de sostenibilidad, evitando dañar áreas de alto valor agrícola y natural. “La instauración de la energía solar fotovoltaica” apunta Corbalán, solo será exitosa si se integra de forma óptima en el territorio y en la sociedad, a través de una planificación óptima, contribuyendo a su desarrollo y evitando dañar áreas con alto valor agrícola, natural o cultural”. La organización alerta que una planificación territorial deficiente podría provocar daños irreparables en zonas clave, incluido el entorno próximo al Mar Menor, incrementando riesgos medioambientales como escorrentías e impermeabilización del suelo.
Aunque existe consenso sobre la importancia y beneficios de la energía solar fotovoltaica para alcanzar objetivos energéticos sostenibles, los grupos locales reclaman que su despliegue en Murcia sea equilibrado y sensible a las particularidades territoriales. Esto garantizaría, según ellos, que la transición energética no perjudique irreversiblemente al medio rural y a su economía.



